Por qué necesitas un newsletter en tu estrategia de comunicación
Soy muy fan de Casa del Libro, paso horas allí curioseando. El viernes pasado me llamó la atención un pequeño libro titulado “Newsletters: cómo transformar tu negocio con una sencilla herramienta”. Lo estuve hojeando unos minutos y, como era de esperar, me lo llevé a casa. Te confieso que soy un gran defensor del email marketing y sobre todo de los newsletters. Por utilizar una metáfora, las redes sociales me parecen un escaparate, pero el newsletter es una conversación. En el mundo en el que vivimos, saturado de impactos, el correo electrónico sigue siendo uno de los canales más eficaces para construir una relación directa, constante y de valor con tu comunidad. Si trabajas en una ONG, una fundación o una empresa con impacto social, necesitas un canal propio, sin intermediarios, que te permita conectar con las personas que realmente quieren escucharte. Ese canal es sin duda tu newsletter.
Tu base de datos, tu activo más valioso
En el mundo de la comunicación digital, pocos activos son tan valiosos como una buena base de datos. Las redes sociales pueden cambiar sus algoritmos, limitar tu alcance orgánico o incluso desaparecer. En cambio, tu lista de suscriptores es un espacio que te pertenece, que has cultivado con tiempo y que puedes activar cuando lo necesites. Un newsletter, planificado con dedicación y nutrido con contenidos de calidad, no solo es una herramienta de difusión: es una forma de cuidar tu comunidad, mantenerla informada, activar su participación y, sobre todo, de mantenerla siempre cerca de ti.
No se trata de enviar correos, sino de generar valor
Una de las grandes barreras a la hora de lanzar un newsletter es el miedo a ser “uno más” en la bandeja de entrada de tus contactos. Y es un miedo justificado: los correos masivos, mal diseñados o sin una propuesta clara de valor, acaban en la carpeta de spam o, peor aún, en el olvido.
La clave está en pensar tu newsletter como un contenido editorial, no como una herramienta de venta. ¿Qué puedes ofrecer que sea útil, interesante o inspirador para quien te lee? ¿Cómo puedes aportar perspectiva, contexto o claves sobre las actividades que realiza tu organización?
Seamos sinceros. A nuestros contactos les importa entre poco y nada lo que hacemos. Pero todos agradecen cualquier contenido que les aporte valor y les haga crecer como personas y profesionales. Por eso cuenta lo que realmente les interesa. No les hables de ti, ni de lo que haces. Háblales de sus propias preocupaciones y sus intereses. Eso lo cambia todo.
No todos los correos electrónicos masivos son newsletters
Al igual que los reels no son las únicas publicaciones de las redes sociales, los newsletters no son el único formato que se utiliza en los correos electrónicos. Por ejemplo, una ONG puede enviar emailings alertando de una emergencia, solicitando una donación, intentando captar nuevos socios, lanzando una nueva campaña, agradeciendo su colaboración a nuevos donantes o buscando nuevos voluntarios. Los motivos son numerosos y diversos.
La posibilidad de seleccionar las listas de distribución nos permite elegir los destinatarios adecuados para cada mensaje. La gran diferencia de los newsletters es que son un contenido editorial, es decir, contienen información útil y desinteresada, no son mensajes que pretendan vender.
Un canal para pensar en voz alta
A diferencia de otros formatos más visuales o efímeros, el newsletter permite un tono más reflexivo y directo. Puedes compartir experiencias, hablar de interioridades de tus proyectos, dar contexto a una campaña o explorar un tema de actualidad desde tu perspectiva.
Esto es especialmente valioso si formas parte de una organización con una causa social o ambiental. A través del newsletter puedes construir un relato exclusivo, con voz propia, sin depender del enfoque de los medios ni del ruido de las redes.
Y, además, puedes segmentar todo lo que quieras: no hace falta enviar lo mismo a toda tu base de datos. Puedes crear envíos distintos según el perfil, el interés o el nivel de implicación de cada persona. Así, la conversación se vuelve más personalizada y eficaz.
¿Con qué frecuencia? ¿Sobre qué temas?
No hay una fórmula universal, pero sí algunas buenas prácticas:
- La frecuencia debe ser realista para tu equipo y coherente con tu capacidad de generar contenido de calidad. Más vale una buena edición mensual que una semanal improvisada.
- El tono debe alinearse con tu marca: profesional, cercano, claro, sin caer en grandilocuencias ni en exceso de tecnicismos.
- Los temas pueden ir desde las novedades de tu organización hasta análisis de contexto, entrevistas, recursos útiles, artículos de opinión o curación de contenidos externos.
Lo importante es que tu newsletter no sea una sucesión de noticias sobre tu organización, sino una propuesta editorial pensada para quien la recibe. La clave es ofrecer a tus contactos un contenido valioso que esperen con interés. Y eso implica adentrarse en su mente, conocer cómo piensan, qué les preocupa.
Medir, aprender, ajustar
Como todo canal de comunicación, un newsletter debe medirse para mejorar. Las métricas básicas (apertura, clics, bajas, respuestas) te dan pistas muy claras sobre qué interesa y qué no. Analiza qué asuntos funcionan mejor, qué secciones generan más interacción, qué días y horas te dan mejor rendimiento.
Y, por supuesto, escucha a tu comunidad: pregúntales qué les gustaría leer, invítales a responder, haz pruebas A/B. Un buen newsletter es también una herramienta para aprender sobre tu audiencia.
Tu newsletter, una inversión a medio y largo plazo
Tener un newsletter no es una tarea más: es una inversión estratégica. Es tu altavoz, tu canal de confianza, tu espacio para construir comunidad y dar a conocer tu visión del mundo.
En Materia Gris ayudamos a organizaciones como la tuya a diseñar y mantener newsletters que no solo informan, sino que crean vínculos duraderos. Si estás pensando en lanzar un newsletter o en repensar el que ya tienes, ponte en contacto con nosotros

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