El camaleón creativo
Ayer tocaba campaña de Adwords y Facebook, hoy es el turno de Twitter y Linkedin. Hace unos años Photoshop era el estándar indiscutible, ahora Sketch lo acapara todo. Cada mes nacen y mueren decenas de plugins para WordPress. Los dispositivos móviles apenas duran 2 años y con ellos se multiplican programas, aplicaciones, formatos, etc. ¿Y el diseñador sabe usar todas y cada una de las herramientas? La respuesta es: todavía no. Es imposible saber manejar tal cantidad de programas. Sin embargo, el talento de un diseñador reside en su capacidad de adaptación y aprendizaje. Su cerebro es adaptable como la plastilina. Está preparado «creativamente» para aprender las novedades que surgen a diario y aplicarlas en cuestión de días.
Los camaleones varían mucho en tamaño, desde los pequeños camaleones de la familia ‘Brookesia‘, los cuales tienen desde 2,9 cm de largo, hasta los grandes de 80 cm, ‘Calumna parsonii‘. Pero todos comparten su capacidad de cambiar de color y la estructura de sus ojos. Con los estudios y agencias de diseño ocurre lo mismo. Pueden ir de los 2 a los 200 empleados, pero todos los diseñadores son capaces de cambiar de software y adaptarse a las tendencias. Y al igual que este curioso reptil, la visión es una habilidad fundamental en diseño. La capacidad de observación: enfocarse en las necesidades de los clientes para aportar soluciones innovadoras y cuidar hasta el mínimo detalle.
No, esto no es un blog de biología, pero los parecidos son asombrosos! ;D Profundizando en las características de los camaleones, descubrimos que «su piel exige mudas periódicas como única forma de restaurarla». La realidad digital exige al profesional creativo actualizar sus conocimientos periódicamente. Lo que ayer era un estándar, hoy deja de serlo. El mundo digital avanza de forma acelerada transformando la sociedad. Lo único que no cambia es el cambio y en un panorama tan «camaleónico» toca renovarse o morir.
Imagen extraída de Internet de la película de animación ‘Rango’.
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