Una empresa consciente extiende su influencia sobre sus empleados, sobre la comunidad donde desarrolla sus actividades, sobre sus clientes y proveedores y también por extensión sobre el planeta. Por eso es importante para una empresa consciente considerar la comunicación no como un proceso unidireccional sino como una gran conversación.
Seth Godin, uno de los gurús del marketing más venerados en la actualidad, definió el proceso de comunicación como una rueda de cuatro fases que se iban repitiendo a lo largo del tiempo. Según Godin los seres humanos actuamos como tribus y la tecnología de la que hoy disponemos amplifica ese comportamiento grupal creando redes que nos conectan y que propagan las ideas a una velocidad hasta ahora inimaginable.
Esas cuatro fases se han convertido en cuatro reglas de oro que todo empresario consciente debe conocer para lanzar y difundir su proyecto:
1º. Cuenta tu historia
Seguro que tu empresa tiene una buena historia que contar. Los americanos lo llaman “storytelling” y nosotros siempre lo hemos llamado “narrativa”. Cuenta quién eres, lo que haces y comparte tus opiniones y tus ideas. Crea contenidos interesantes que demuestren tu experiencia en tu especialidad: vídeos, fotos, artículos, noticias, reportajes, emailings, entrevistas, carteles… Cuanto más personalices tu marca en ti mismo o en ti misma, más conectarás emocionalmente con tus clientes. Por ejemplo, si tu empresa es un centro de yoga crea vídeos que muestren clases para principiantes o si fu empresa es un restaurante vegetariano difunde recetas en tu blog y en tus redes sociales.
2º. Conecta con tu comunidad de interés
Tu historia se convertirá en el inicio de una gran conversación. Hay muchos miles de personas a las que les interesa lo que haces. El problema es que la mayoría no te conocen. Por eso primero debes definir con detalle a qué población te diriges; su perfil psicológico, su edad, su lugar de residencia, sus gustos, sus preferencias… y luego conectar con ellos allá donde estén: en las redes sociales, en Internet, en sus casas, en su oficina, en la calle… Tus contenidos deberán ser el imán que atraiga su atención y si les convencen se convertirán en tus fans, se suscribirán a tu blog, te seguirán en twitter y se harán tus amigos en facebook. Con el tiempo ese interés se traducirá en ventas.
3º. Lidera un movimiento
Cuando esas personas se conectan a través de las redes sociales o en actos públicos como conferencias, reuniones o presentaciones esas personas empiezan a conformar un movimiento que te seguirá y dará a conocer tu marca y tus actividades. Tú deberás liderar ese movimiento y ellos se convertirán en tu mejor campaña de publicidad. Las relaciones estables y duraderas se convierten siempre en clientes fieles y en prescriptores incondicionales.
4º. Provoca un cambio
Tus objetivos van más allá de unas cifras de ventas. La misión de tu organización será tu humilde pero generosa contribución al bienestar de tu comunidad. El movimiento que habrás generado en torno a tu proyecto ayudará a convertir nuestro mundo en un lugar mejor para vivir y la huella de tu actividad será cada vez más grande y más notoria.
La sucesión de estas cuatro fases garantizará a las empresas conscientes un proceso de comunicación fluido y participativo donde las marcas y las personas se conectarán formando una unidad de bien común.
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